sábado, 11 de junio de 2011

Fantasía Cósmica


El sueño de los soñadores, la diosa de multitud de grillos y el ama de los gatos que maullan a su entrada en el cielo nocturno, busca mi ser a través de las ventanas. Todas las noches esa roca en el cielo que a mis ojos es diosa acuna mi alma en su forma creciente, donde duerme cómodamente en un mundo que, por supuesto, no puede ser este. Ella se carcajea de este mundo, que es incapaz de darse cuenta de su hermosa presencia. Menelao hubiese cesado en su lucha al verla sonreír y Romeo caería rendido al suelo si se hubiese dignado a mirar al cielo.

Entre la arboleda algunos de los rayos son las ninfas que buscan tan desesperadamente los románticos. Multitud de enamorados se han declarado y comprometido en el ambiente que su luz crea. Quizás sea una gota de ternura en un mar de odio.

Faltan estrellas en el firmamento y farolas en el suelo para que pase desapercibida su hermosura, me evade del ruido de las sirenas de las ambulancias y de los pasos de la poca gente que queda en la calle. Simplemente la pido que no me lleve, pero ella persiste en su encanto.

Subo a la azotea junto con el gato del garaje, que todas las noches acude a su cita con su dueña. Allí me espera con una sonrisa, pues sabe que ella ganará en su caza. Sirena de mi amor que esconde su maldad en la cara oculta, pone unas escaleras que me conducen hacia ella, pero me engaña. No existen tales escaleras, y me precipito desde la altura de un quinto piso. Se esconde rápidamente mientras el sol observa mi caída, todo acaba en un maullido del gato.

Creí haber muerto en la caída , pero desperté y vi el cielo estrellado de nuevo, pero ya no estaba ella, ahora me encontraba ante un extraño planeta azul junto con el gato del garaje.

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