"¿Qué ha pasado?, ¿Por qué no acabo de una vez con esto?, señor déjame acabar con mi sufrimiento que ya pocos latidos quedan para que mi alma atormentada descanse contigo" Pero por más que rece el tiempo no se mueve y delante de mi sigue el mismo inocente pez petrificado. A mi derecha se encuentran las lágrimas de mi familia que todavía se encuentra arriba. Sin embargo me asombra descubrir algo en el reflejo del agua: mi familia no está arriba, sino suspendidos en el aire detrás de mi.
"¡Yo no quería esto!, ¡Yo quería que siguiesen con su vida!, joder... que he hecho..." Mis lágrimas salen, pero no caen, se quedan recordándome lo trágico que iban a ser mis últimos segundos con vida.
Pero de pronto se empiezan a meter, el agua vuelve a las montañas, los peces nadan marcha atrás y yo me empiezo a elevar, junto con las lágrimas de mi familia. El mundo empieza a rebobinarse cada vez más rápido, me meto en el coche y persigo marcha atrás a mi familia que va en el de mi madre. Llegamos a Madrid en pocos segundo y cada uno vuelve a su puesto en la cena. Mis padres con mi hermana en el salón y yo en el baño poniéndome hasta arriba de coca. Ahora todo vuelve a la normalidad, pero ya no discutiré con mis padres porque me han visto unos polvos en la nariz, ya no volveré a pegar a mi hermana por defenderles, ya no cogeré el coche de mi padre y , sobretodo, hoy ya no saltaré.
Siempre una sorpresa leerte... Curioso texto de drogas y suicidio
ResponderEliminarA ti lo que te hace falta es un buen polvo!!!!XD
ResponderEliminarsoeces a parte, gracias lefleu
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